Dolor de garganta al tragar remedios caseros más efectivos

El dolor de garganta al tragar es un dolor que se produce por lo general, debido a una irritación en la garganta. Pero este tipo de condición no solo genera dolor al tragar, también es muy común que se genere un dolor al hablar. La causa más común detrás de este problema, es el estar contagiado con un virus o bacterias, aunque una irritación en la garganta también puede ser causada por fumar o una reacción alérgica. Independientemente de la causa detrás de nuestro dolor de garganta, podemos probar los siguientes remedios para el dolor de garganta.

Dolor de garganta al tragar tratado con agua con sal
El agua con sal se considera como un rápido y eficaz remedio para generar alivio cuando se tiene un dolor de garganta. Todo esto es gracias a que la sal actúa como un antiséptico suave. Para este tipo de remedio casero, solo bastará con disolver media cucharadita de sal en un vaso con agua tibia, hacemos gárgaras y escupimos. Este tipo de remedio se debe repetir hasta cuatro veces al día. Mientras que el agua con sal puede ser usado como un buen remedio para el dolor de garganta, lo cierto es que puede no ser el remedio casero más efectivo, especialmente porque este enjuague casero se recomienda en aquellos casos en donde las molestias no son tan graves. En caso de que las molestias requieran de un cuidado mayor, entonces debemos recurrir a remedios más efectivos como los siguientes.

Miel: Considerado por muchos como el mejor remedio para el dolor de garganta al tragar. Se puede señalar que la miel ha sido utilizada como un remedio para el dolor de garganta por décadas, gracias a que cuenta con propiedades antibacterianas, lo que puede ayudar a acelerar la cicatrización en una zona tan delicada y difícil de llegar como es nuestra garganta. La miel también actúa como un producto que mantiene la hidratación en la zona de tejido que se ve inflamado, algo que reducirá la hinchazón y el malestar en general. Mientras que la manera más sencilla de aprovechar estas propiedades es consumiendo de manera lenta la miel, también este producto se puede combinar con un té de hierbas o simplemente con un vaso de agua caliente.

Una de las maneras más efectivas de combinar a la miel, es combinándola con una vaso de agua caliente y el jugo de medio limón. Para este remedio casero para el dolor de garganta, solo mezclaremos una cucharadita de miel y el jugo de medio limón en agua caliente. Esta bebida se consumir de manera pausada, algo que podemos hacer un par de veces por día para generar alivio.

Aumentar el consumo de vitamina C: Si el dolor de garganta al tragar se produce producto de una enfermedad como un resfriado, una de las maneras más rápidas de acabar con la molestia, es consumiendo mucha vitamina C. Esta vitamina es efectiva gracias a que ayudará a impulsar nuestro sistema inmunológico y combatirá las eventuales infecciones. Aunque claro, hay quienes pueden tener problemas si consumen mucha vitamina C durante el día, por ejemplo, hay quienes pueden presentar diarrea. Si ese último caso nos sucede, lo mejor será dejar de consumir tanta vitamina C y optar por otros remedios. La manera más sencilla de obtener un montón de vitamina C, es consumiendo jugo de naranja fresco de manera cotidiana.

Aumentar el consumo de líquidos: Esto de seguro puede sonar contraproducente para muchos, especialmente porque al tragar cualquier tipo de alimento o líquido, se puede producir un dolor en la garganta, sin embargo, los expertos señalan que el aumentar el consumo de agua en estos casos puede ser nuestro mejor aliado. Por una parte, el aumentar el consumo de líquidos nos ayudará a mantener la hidratación, especialmente si el dolor de garganta se ve acompañado de fiebre. Con ese concepto en mente, solo deberíamos optar por el consumo de bebidas que hidraten el cuerpo, descartando a aquellas bebidas que pueden deshidratar el cuerpo como las bebidas con alcohol o el café. También es bueno mencionar que los líquidos como el agua tibia, ayudaran a humedecer nuestras membranas mucosas, haciendo que la sensación de dolor y picazón pueda descender de manera progresiva.