sábado, 9 de febrero de 2019

Cáscara de naranja y otras 7 sustancias para acabar con la acidez de estómago


Si usted nota en ocasiones una sensación de quemazón que sube desde el estómago hasta la garganta o es uno de los más de 15 millones de españoles que sufre problemas de acidez recurrentes, me gustaría darle un buen consejo:

¡NO TOME OMEPRAZOL!

Puede que al principio el omeprazol parezca efectivo contra el ardor de estómago y el reflujo tras las comidas. Pero a la larga puede ser tremendamente perjudicial para su salud, como podrá comprobar en los estudios científicos que hoy le quiero mostrar y que realmente ponen los pelos de punta.


Además, usted tiene otra alternativa.

Se trata de una novedosa fórmula que le va a permitir combatir el reflujo y el ardor de estómago desde los primeros síntomas y de forma 100% natural.

Lea atentamente lo que sigue, pues le voy a presentar la solución a sus problemas de acidez sin que su salud tenga que asumir ningún riesgo.


El reflujo gastroesofágico: cuando la garganta empieza a “arder”

Lo primero que hay que tener claro es que el reflujo del contenido del estómago hacia el esófago es algo normal que sucede varias veces al día en las personas sanas, sin que estas lo sientan ni tenga mayores consecuencias.
Pero cuando ese reflujo comienza a ocasionar síntomas (sobre todo por la noche) y complicaciones a largo plazo es cuando hablamos de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Esta patología se origina cuando el músculo que une el esófago con el estómago y que impide el ascenso de la comida digerida, denominado esfínter esofágico inferior, se debilita y deja de funcionar correctamente. Los ácidos y el contenido del estómago acceden entonces al esófago, provocando esa sensación de ardor en el pecho y en la garganta.

La ERGE se ve agravada en caso de hernia de hiato, con la edad, el estrés, el tabaquismo, el sobrepeso o durante el embarazo, y con el tiempo puede presentar problemas serios.

¿La sufre usted?

Si tiene dudas, estas son las primeras señales de que algo no va bien en su aparato digestivo:
  • Sensación de ardor en el pecho con cierto regusto ácido en la garganta (conocida como pirosis).

  • Dolor de estómago y en el pecho (que en algunas ocasiones incluso llega a confundirse con un infarto).

  • Dificultad para tragar acompañada de dolor.

  • Náuseas y regurgitación de alimentos.

  • Mal aliento.

  • Tos y faringitis crónicas y ronquera.

Si tiene varios de estos síntomas le aconsejo que empiece a actuar cuanto antes ya que, si el reflujo persiste y el contenido ácido asciende de forma recurrente, las consecuencias pueden ser graves: esofagitis o inflamación crónica de la pared del esófago, debilitamiento de la mucosa del esófago y lesiones internas (especialmente úlceras) o estenosis o estrechamiento del esófago que dificulta el paso normal de comida. (1)

Para ello puede empezar por seguir algunas pautas como moderarse con la comida, evitar los platos excesivamente grasos y picantes e intentar reducir su nivel de estrés. Y también es aconsejable que no se eche a dormir la siesta tras las comidas ni que se acueste inmediatamente después de cenar, pues estar tumbado favorece el reflujo.

Pero si aun así la acidez persiste usted va a requerir un tratamiento específico. Y es en este punto cuando mayor es el peligro de que, por prescripción médica o por propia iniciativa, una caja de omeprazol caiga en sus manos.

Lea con detenimiento a continuación como actúa este medicamento y sepa a qué se expone realmente si alguna vez se arriesga a tomarlo. 


La solución natural frente al reflujo

Los complementos nutricionales pueden ser un gran recurso para combatir la acidez tanto en situaciones puntuales (tras comilonas o excesos de alcohol) como en caso de enfermedad de reflujo gastroesofágico. Y sobre todo cuando estas soluciones combinan distintos componentes naturales cuya eficacia ha sido demostrada por estudios científicos rigurosos.

El complemento que hoy le recomiendo cuenta con los más importantes, que son:
  • Carbonato de calcio y bicarbonato de potasio. Fáciles de absorber y eficaces, son los clásicos que se utilizan para neutralizar el exceso de acidez. Los antiácidos del mercado contienen a menudo carbonato de calcio, pero en realidad también son necesarios los bicarbonatos por sus propiedades alcalinizantes para combatir la hiperacidez gástrica. (9)

  • Raíz de regaliz. La raíz de esta planta se emplea tradicionalmente para tratar los trastornos digestivos y reforzar así la protección natural contra la acción de secreciones digestivas o de ciertos medicamentos. Algunos estudios han demostrado que estimula el crecimiento de las células de la mucosa gástrica e intestinal, al acelerar el flujo sanguíneo y reducir los espasmos musculares. (10)

    La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) aprueba su uso tradicional para el tratamiento de los síntomas digestivos, incluyendo pirosis y dispepsia. (11)

  • Alginato de sodio. En presencia del ácido gástrico los alginatos forman un gel. Al combinarse con bicarbonatos de potasio, estas “balsas” son capaces de atrapar dióxido de carbono proporcionando así una barrera protectora de pH neutro. Varios estudios han demostrado que las balsas de alginato pueden moverse hacia el esófago bloqueando los contenidos gástricos ácidos durante los episodios de reflujo gastroesofágico. (12) (13)

  • Glicinato de magnesio. Esta es una forma biodisponible y muy activa de magnesio que permite combatir la contracción de los músculos, incluidos los del esófago y del estómago, ayudando a aliviar los espasmos y dolores de la zona. (14)

  • Complejo de zinc y L- carnosina. La asociación a partes iguales de estas sustancias produce una acción sinérgica: el zinc provoca una modificación de la secreción de las citoquinas y combate la inflamación intestinal y la L-carnosina, potencia la actividad del zinc en el lugar de la inflamación y permite su fijación en las células de la mucosa gástrica. (15)

    Este complejo de zinc y L-carnosina es un tratamiento eficaz en caso de úlcera péptica y ayuda a estabilizar la mucosa intestinal. (16) (17)

  • Extracto de cáscara de naranja (o D-limoneno). El D-limoneno es un compuesto naturalmente presente en la cáscara de los cítricos (limón, naranja, mandarina…). Conocido por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y relajantes a nivel muscular, las últimas investigaciones han mostrado que es además un estimulante de la motilidad gástrica y un cicatrizante gástrico de las úlceras. (18) (19)

  • Olmo rojo (Ulmus fulva). Planta tradicional que los amerindios ya utilizaban para curar las irritaciones e inflamaciones del tubo digestivo. Hoy en día se conoce su composición en la que destaca una gran cantidad de mucílagos, un tipo de fibra soluble de alta viscosidad responsable de su acción emoliente, es decir, capaz de suavizar y proteger las mucosas internas por lo que su uso es extendido en casos de gastritis y acidez de estómago. (20)

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