lunes, 1 de mayo de 2017

El impuesto del cambio climático (de momento en Cataluña)

Los ciudadanos catalanes deberán pagar a partir del año que viene el nuevo tributo para turismos y furgonetas, destinado a penalizar las emisiones de COcausantes del cambio climático. Así lo recordó ayer el conseller de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull, al dar cuenta del informe sobre contaminación del aire del 2016, donde se confirma que la polución en la conurbación de Barcelona sigue estando por encima de los límites fijados por la UE. Los recursos obtenidos con el tributo servirán para nutrir un fondo para renovar la flota de vehículos.


El impuesto del cambio climático es fruto de la entrada en vigor de la ley de acompañamiento de los presupuestos de la Generalitat, que adelantó esta medida ya recogida en el proyecto de ley de Cambio Climático. Con él, la Generalitat espera recaudar 75 millones de euros los dos primeros años y hasta 110 millones de euros en el 2020. La introducción de esta medida de fiscalidad ambiental permitirá nutrir un fondo climático, que servirá para financiar las ayudas a la renovación de la flota de automóviles, aunque un reglamento fijará los criterios. El conseller Rull sacó a relucir esta medida como arma defensiva para aplacar las críticas de cuantos juzgan que las futuras restricciones anunciadas para los vehículos más contaminantes no van acompañadas de soluciones alternativas para renovar el parque de coches.

 La primera medida del plan será restringir la circulación en las vías interurbanas de la conurbación de Barcelona a todos los vehículos de más de 20 años y a las furgonetas de más de 23 años. Esta actuación se aplicará en los episodios de contaminación a partir de diciembre de este año, si bien la medida tendrá un carácter estructural a partir de enero del año 2019. En momentos de contaminación se pondrá a la venta la tarjeta T-2 de transporte público, más barata que la habitual; se reforzaría el transporte público, y se daría flexibilidad a la entrada laboral de los funcionarios. El conseller Rull ha prometido que 81 de los 389 nuevos vehículos que adquirirá la Generalitat este año será híbridos o eléctricos.

 El impuesto del cambio climático se aplicará a los vehículos según sus emisiones de CO2 (las que aparecen en su tarjeta técnica). El impuesto será un tributo específico y se instaurará de forma gradual a partir del 2018. Ese año comenzarán a pagar los turismos de más de 160 gramos de CO2/km; en el 2019, se añadirán turismos y furgonetas de más de 140 g CO2/km, y partir del 2020, los vehículos de más de 120 g CO2/km. Si emiten menos de 120 g CO2/km, no pagarán. La media por coche puede estar entre 15 y 30 euros, pero si arroja al aire entre 120 y 130 g CO2/km, puede pagar menos de 5,5 euros en el 2020. Con los recursos obtenidos también se nutrirá un fondo para la conservación del patrimonio natural. Rull prometió que pronto se eliminarán los descuentos que aún tienen los coches diésel en los peajes de las autopistas de la Generalitat. Su eliminación fue anunciada hace meses, pero se ha retrasado.
ASI QUE SI VIVES EN CATALUÑA Y VAS A CAMBIAR DE COCHE, TENLO EN CUENTA

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