viernes, 16 de noviembre de 2018

Los problemas de próstata pueden evitarse sin tomar una sola pastilla


Si usted es hombre y tiene 50 años o más, hay muchas probabilidades de que sufra molestias por tener la próstata algo más grande de lo normal. Y si no las sufre ahora (o si aún es joven), probablemente algún día las sufrirá. Y si no es usted, es su padre, su marido o alguien de su entorno cercano; por eso este mensaje le interesa. Y es que con la edad la próstata crece de manera casi irremediable en la mayoría de los casos. De hecho, se calcula que entre los 40 y los 60 años, la mitad de los hombres tiene una próstata demasiado grande, un porcentaje que aumenta hasta el 90% en el caso de los mayores de 80 años.

Así, este pequeño órgano situado directamente bajo la vejiga ocasiona diversas y desagradables molestias a quienes sufren su hipertrofia, como despertarse una y otra vez por la noche con la impresión de tener ganas de orinar que no se alivian al ir al baño, además de producir dolor durante la micción.

¿Tiene solución? Como siempre, la medicina ha preparado un batallón de medicamentos. Las dos familias más utilizadas son los bloqueadores α y los inhibidores de una enzima llamada 5-alfa reductasa. A primera vista parecen eficaces, pues actúan sobre los síntomas, pero todos tienen efectos indeseados, algunos de ellos muy serios.

Así, los bloqueadores α sólo actúan sobre los síntomas de la obstrucción urinaria y con frecuencia implican un descenso de la tensión arterial que puede afectar a la vida cotidiana. Los segundos, los inhibidores de la 5-alfa reductasa, provocan varios problemas; por ejemplo, pueden afectar a la sexualidad y, sobre todo, aumentan el riesgo de cáncer agresivo de próstata, el más difícil de tratar.

Por ello, si es posible, más vale evitar estos medicamentos o reducir la dosis. Y créame que en muchos casos sí es posible evitarlos.

Déjeme explicarle lo que tiene que hacer y tomar exactamente para acabar con los problemas de próstata, según leo en el libro del que le estoy hablando. Aquí tiene 5 consejos que marcarán la diferencia:
  1. Desterrar los aceites y margarinas muy poliinsaturadas (estimulan el crecimiento de la próstata), así como la mantequilla, y limitarse al aceite de oliva.

  2. Tomar vino y cerveza (con moderación). Tendrá un 33% menos riesgo de desarrollar hipertrofia benigna que si es abstemio. Pero ¡atención!: están prohibidos los alcoholes fuertes.

  3. Tomar con mucha moderación azúcar y cereales refinados, pues son los que más estimulan el sistema nervioso simpático y provocan los síntomas más molestos ligados a la hipertrofia prostática.

  4. Limite la actividad de la 5-alfa-reductasa, la enzima que transforma la testosterona en DHT (dihidrotestosterona) y que tiene una gran responsabilidad en el desarrollo de la hipertrofia prostática. ¿Y eso cómo se hace? Muy sencillo: tomando té verde (y suplementos de extractos de té verde, para lograr un efecto mayor), y alimentos con quercetina, que encontrará en cebollas (sobre todo rojas), manzana, arándanos rojos, brécol, espinacas, hinojo y alcaparras, entre otros muchos (encontrará la lista completa en la página 354 del libro que tengo aquí preparado para enviarle gratis).

  5. Si ya tiene problemas en la próstata, tome raíz de ortiga, semillas de lino (o su extracto), soja (o su extracto), ciruelo africano, extractos de polen, selenio y licopeno (dos antioxidantes asociados a la palmera enana de Florida), maca roja y granada (o zumo de granada).

No sé a usted, pero a mí me parece una locura tomar medicamentos (con efectos secundarios, como hemos visto) pudiendo decir adiós a este problema de salud de forma 100% natural. Y ahora tiene la oportunidad de hacerlo.

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