martes, 18 de diciembre de 2018

Convierta su casa en un territorio inexpugnable para virus y bacterias

¿Sabía que los aceites esenciales son muy eficaces para purificar el aire de su hogar e impedir que las infecciones se propaguen?

Tome buena nota de ello ahora que estamos en “temporada” de gripes y resfriados.

Determinados aceites esenciales, bien escogidos, tienen fuertes propiedades antisépticas y antiinfecciosas y, al difundirlos, atacan a los microbios presentes en el entorno: en el aire, en el suelo y en la superficie de los objetos cotidianos, destruyendo la gran variedad de organismos infecciosos que pululan en ellos. 


Su eficacia es tal que, hoy por hoy, los aceites esenciales antibacterianos se consideran el medio más simple y potente para luchar contra las bacterias mutantes que se han vuelto resistentes a los antibióticos. Y esto incluso en dosis muy bajas, como sucede en el caso de la nebulización. Eso significa que unas pocas gotas bastarán para destruir todos los microorganismos que se atrevan a entrar en su casa esta temporada.

¿De verdad que funciona?”, quizá se esté preguntando.

Si lo ha hecho en los hospitales, que son un nido de bacterias, imagínese en su propio hogar.

De hecho se hizo una prueba en un hospital universitario de la ciudad inglesa de Manchester, el Wythenshawe Hospital. Durante nueve meses instalaron un vaporizador para pulverizar aceites esenciales en la unidad de quemados. En un principio se instaló la máquina para enmascarar los olores en las salas, pero se descubrió que, aparte de eso, la difusión de los aceites esenciales eliminaba los microorganismos… ¡hasta en un 90%!

Y no crea que sólo se eliminaron los virus más débiles, sino incluso la superbacteria SARM, una cepa de la Staphylococcus aureus que se ha vuelto resistente a varios antibióticos (primero a la penicilina y luego a la meticilina).

Las unidades de quemados de los hospitales son áreas de altísimo riesgo de infecciones. De hecho, las infecciones son la principal amenaza vital en los pacientes que superan la fase inicial de shock tras una agresión térmica severa. Ésta destruye la primera defensa del organismo (la piel y las mucosas) y los gérmenes se abren paso, encontrándose con que el exudado es el cultivo ideal en el que desarrollarse a sus anchas.

Por si fuera poco, la lesión térmica perjudica la respuesta inmune del organismo, afectando a todos los componentes del sistema inmunológico (linfocitos, macrófagos y neutrófilos, disminución de los niveles de inmunoglobulinas, etc.). Las infecciones cutáneas son frecuentes, pero también las pulmonares y otras asociadas al estado de los pacientes, que complican enormemente la supervivencia de los quemados.

Con ese panorama, imagine lo que supone que la simple difusión de aceites esenciales lograra reducir el recuento de bacterias en el aire en ese 90%, hasta el punto de que no hubo infecciones por SARM en la unidad de quemaduras durante los siete primeros meses del estudio, es decir, mientras se estaban pulverizando los aceites esenciales.

Los dos meses siguientes, los investigadores retiraron la mezcla de la máquina difusora. Comprobaron que rápidamente aumentó la presencia de bacterias, e incluso se registró un brote de SARM.

Si esto pueden hacer los aceites esenciales en una sala hospitalaria de quemados frente a la temible bacteria SARM…

¡… imagine cómo protegerán su casa frente a los virus típicos de estas fechas!

Cuando el tiempo se vuelve húmedo y frío lo mejor es apostar por esta forma de desinfectar el aire y protegerse de las infecciones invernales. Especialmente si hay enfermos en casa, la difusión aromática es la mejor manera de evitar el contagio. 
 
Por eso hemos preparado para usted en Plantas & Bienestar un especial para que conozca exactamente qué mezclas de aceites preparar y en qué cantidades, según lo que necesite en cada momento. Y lo mejor es que puede recibirlo completamente gratis, de regalo. Un poco más adelante le contaré cómo conseguirlo. Pero le adelanto que para lograr la máxima eficacia siempre partirá de los siguientes aceites esenciales:
  • De menta de hojas angostas (también conocida como eucalipto radiado), perfecto para descongestionar las vías respiratorias.
     
  • De palo de Ho CT linalol, tan seguro que está recomendado incluso en bebés.
     
  • De pino silvestre o de abeto balsámico, que oxigenan la sangre y permiten recuperar la energía.
     
  • De niaouli, de ravintsara o de saro, antibióticos y antiinfecciosos de amplio espectro.
     
  • De árbol de té o la esencia de limón, extraordinarios para sanear el aire y reforzar las defensas del organismo.
Pero según su necesidad concreta los usará de una forma u otra o en diferentes mezclas y cantidades. Así, no es lo mismo como prevención, para proteger su casa cuando nadie ha enfermado, que usarlo si alguno de los miembros de su familia ha “caído” para evitar que se contagien otros y para que se cure el enfermo en un tiempo récord (atajando la congestión nasal y bronquial, la tos, el goteo nasal, el dolor de garganta y el resto de síntomas).

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