El 39,2% de desempleados mayores de 50 años llevan cuatro años sin encontrar un empleo.
Son unas cifras escalofriantes que se pueden comparar con el porcentaje
de jóvenes que llevan el mismo tiempo parados: el 10,6%. No es una
cifra tampoco baja, pero hay una brecha muy clara relacionada con la
edad de los desempleados.
Estos datos han sido puestos en relieve por el último documento
publicado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de
Investigaciones Económicas (Ivie). Su intención es destacar que hay una
situación de precariedad laboral que acompaña al supuesto repunte de la recuperación del empleo.
La conclusión es que hacen falta medidas activas de empleo dirigidas a
los colectivos con mayor riesgo de pobreza por prolongar por más tiempo
su falta de trabajo.
Según estudios publicados por estas dos entidades, estar desempleado durante más de un año tiende a perpetuar la situación.
Los que llevan menos de un año buscando empleo han mejorado sus
expectativas desde el año 2012. Sin embargo, los que buscan trabajo
desde hace más de un año apenas han progresado en su situación, y lo han
hecho solo a partir de 2015. Hasta entonces, no hacía más que aumentar
el número de afectados. La recuperación para los parados de larga
duración es mucho menos visible.
En concreto, entre los parados que llevan buscando empleo más de cuatro años
la evolución ha sido desastrosa. Si en 2013 representaban el 5,5% de
los parados, en 2016 este porcentaje ha aumentado casi 20 puntos.
Actualmente suponen el 24,1% de los desempleados.
Si se tiene en cuenta que el número de parados que llevan menos de un
año buscando empleo ha descendido notablemente, la conclusión que
apunta el documento es que el crecimiento del empleo se ha centrado en determinados grupos de población.
Sin embargo, ha dejado de lado otros. Este es el caso de los parados
mayores de 50 años. La peor de las consecuencias es que se vean abocados
a la pobreza por no poder salir de esta situación precaria.
El desempleo se perpetúa en los mayores de 50 años
Como acabamos de indicar, dentro del colectivo de parados de larga duración, los mayores de 50 años son los que tienen peores expectativas. Es más difícil encontrar empleo a partir de los 45 años.
Según indica la Fundación BBVA y el Ivie, a partir de los datos de la
EPA, el 57,2% de los jóvenes entre 16 y 29 años encuentra empleo durante
el primer año. Sin embargo, tan solo el 27,9% de los mayores de 50 años
logra salir del desempleo en ese tiempo. Por otro lado, uno de cada
diez jóvenes tardan más de cuatro años en encontrar empleo. Esta cifra
aumenta a cuatro de cada diez desempleados mayores de 50 años que lleva
buscando cuatro años trabajo.
El análisis que realiza el texto mencionado señala las diferencias
que hay entre estos dos grupos de edad en cuanto a su empleabilidad. Las
razones por las que los mayores encuentran menos empleo sería estas dos:
- La propia edad.
- Un nivel de cualificación por debajo de la media de los parados. Tan solo el 8,9% de los parados mayores de 50 años posee estudios universitarios. Este porcentaje aumenta hasta el 15% en la franja de los jóvenes. Por otro lado, hasta el 65,6% de los primeros posee como máximo el nivel de estudios obligatorio, mientras que este porcentaje se reduce más de 15 puntos entre los parados de 16 a 29 años.
El riesgo de pobreza en desempleados de larga duración es mucho mayor, pues, tal como indica el documento, el desempleo es el principal generador de pobreza en las sociedades desarrolladas.
Representa además un factor que contribuye a la desigualdad, por lo que
son necesarias políticas públicas de inserción laboral dirigidas
específicamente a este grupo de población. Y especialmente en el caso de
los mayores de 50 años.
La combinación de desempleo y falta de oportunidades está afectando
de forma considerable al colectivo de personas mayores de 55 años. Según
un informe de UGT “Mayores de 55 años en el mercado de trabajo español”
la tasa de paro ha aumentado en ese grupo de edad en un 322% desde el año 2007.
El sindicato ve en las políticas laborales llevadas a cabo por el
actual gobierno, por ejemplo la flexibilización en los requisitos para
la admisión de un ERE, una de las principales causas del grave aumento de desempleados en el tramo de edad 55-64.
Empeoramiento de las condiciones laborales de los mayores de 55
La consecuencia inmediata que estas políticas han provocado es un
empobrecimiento y situación de extrema precariedad en estas personas,
según señala la organización sindical. Fruto de modificaciones en el
acceso a prestaciones hay un total de 229.788 personas mayores de 55 que
no tienen acceso a ningún tipo de cobertura ya que
para recibirlas se tiene en cuenta las rentas familiares a la que
pertenece, cuestión que antes no constituía un requisito.
Los trabajadores de estas características que han conseguido mantenerse dentro de la población activa lo han hecho a costa de ver empeoradas sus condiciones laborales. Un 52% tienen que conformarse con una jornada parcial ya que no tiene acceso a una completa.
Además de las dificultades que eso entraña en el presente, la cuantía de las pensiones de jubilación cuando toque se verán reducidas drásticamente
hasta un 40% comparado con lo que percibirían si hubieran trabajado
hasta la jubilación. El 42,1% de las prestaciones que reciben los
mayores de 55 años son asistenciales, es decir, se trata de asignaciones
que nada tienen que ver con una cantidad relacionada con los años cotizados sino con una cantidad mínima para amortiguar la falta de ingresos.
Propuestas destinadas a las personas de más de 55 años
UGT diseñó una serie de propuestas para llevar a la mesa de diálogo social con el gobierno “Plan de choque para el empleo, desempleados de larga duración y tarjeta social” celebrada a principios de la pasada semana. El gobierno, tras la reunión, ha admitido incluirlas dentro de la bolsa de medidas destinadas a combatir el paro de larga duración, mejorar el acceso a la protección por desempleo y garantizar una pensión digna.- Para combatir el paro de larga duración el sindicato propone una oferta de servicios públicos encargados de dar orientación, reinsertar al colectivo de activos, formación y recualificación.
- Para dotar de protección a las personas mayores de 55 años en paro y sin cobrar ninguna prestación propone combinar una prestación con políticas activas de empleo. Utilizar, por ejemplo, los remanentes del acompañamiento Programa de Activación para el Empleo de los Presupuestos Generales del Estado de 2016. Un total de 225 millones.
- En relación con la merma previsible de la cuantía en la jubilación de estas personas, se propone también el acceso al subsidio solo por edad, suprimiendo el requisito de rentas familiares, y mantener la cotización de este subsidio al 125% de la mínima.
- La percepción del subsidio volverá a ser a partir de los 52 años y no de los 55 como hasta ahora.
- Eliminación de la jubilación forzosa a los 61 años para las personas que cobran el subsidio lo que suponía un recorte sustancioso en sus pensiones.
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